Las cosas han cambiado en el planeta para Neymar el segundo futbolista mejor pagado del mundo, quien pretende abandonar el club francés el próximo mes de junio. Su experiencia en este periodo le ha convencido. La Liga francesa no tiene trascendencia mundial. El sufrimiento de su equipo para brillar en la Champions le ha decepcionado. La próxima semana se juega su continuidad en la Copa de Europa frente al Liverpool. Su relación con Cavani y otros compañeros es nula, no existe. Y el Fair Play Financiero acorrala las cuentas del equipo parisino, cuyo patrocinador, Qatar, acaba contrato el próximo año. Neymar constata que su fútbol no luce a escala internacional. Con el PSG no gana el Balón de Oro ni el premio The Best. Quiere marcharse. El Real Madrid y el Barcelona están en la parrilla de salida.
La casa blanca siempre dejó claro que apostaría al máximo por Neymar si Al-Khelaifi, presidente del PSG, accede a negociar un traspaso. Aunque el aficionado madridista expone ante los directivos del club que no desean a Neymar, que prefieren a Mbappé y el francés es el segundo objetivo del campeón de Europa si el brasileño vuelve a negarse a forzar su traspaso, una actitud que enfría el antiguo deseo de la casa blanca.
El Barcelona, sin embargo, también ha entrado en la pugna por Neymar. Ha desvelado que el brasileño expuso a varios de sus antiguos compañeros su deseo de regresar. El Real Madrid y el club azulgrana son los únicos conjuntos que se han interesado por Neymar en el último lustro. Los ingleses no han pujado por él.
Para que el delantero abandone el París Saint Germain debe dar el paso que no decidió hace cinco meses. Tiene que exponer a Nasser Al-Khelaifi su deseo de marcharse.
El Barcelona se ha anticipado al terremoto al publicitar esas conversaciones entre Neymar y sus excompañeros. La entidad azulgrana, no obstante, nunca ha expresado públicamente su anhelo de recuperar al brasileño. Y es que el seguidor del Barcelona no desea que el delantero vuelva, al considerar una traición su marcha. La realidad económica del club barcelonés, además, hace complicada una operación de esta índole. El adiós de Neymar el 3 de agosto de 2017 supuso el cobro de 222 millones por parte del Barcelona, que se gastó después 342 millones con Dembelé, Paulinho y Countinho. En la temporada actual ha invertido otros 124. Ahora mismo, el fichaje de Neymar exigiría al equipo catalán una venta de jugadores por valor de 140 millones para pagar la hipotética operación, pues el límite de gastos del Fair Play financiero de la UEFA le impediría otro exceso económico.