En 1876, el francés Lucien Napoleón Bonaparte Wyse fue encargado por la Sociedad Civil Internacional del Canal Interoceánico de realizar los estudios para su construcción. Dos años más tarde, el 20 de marzo de 1878, se firmó entre Colombia y Francia el tratado conocido como Convenio Salgar-Wyse.
Por medio de este, Francia obtenía la concesión para la construcción y explotación del canal por 99 años, tiempo tras el cual la obra regresaría al Gobierno colombiano (por aquel entonces el territorio que ocupa la actual Panamá formaba parte de Colombia.
Al año siguiente se reunió en París el Congreso Internacional para Estudios de un Canal Interoceánico, de las 14 propuestas presentadas la ganadora fue la de Ferdinand de Lesseps, quien propuso un canal a nivel en lugar de un sistema de esclusas. Lesseps era conocido por haber liderado la construcción del canal de Suez, pero no por ser ingeniero.
El canal de Panamá suponía todo un desafío. Diferentes problemas con los que no contaban dificultaron la obra como las condiciones climáticas, las enfermedades tropicales, la insuficiencia de mano de obra, la necesidad de más recursos económicos y las dificultades técnicas, entre otros.
En 1893, tras estas dificultades, Wyse decidió cambiar y reorientar la construcción del canal hacia un sistema de esclusas. Pero la nueva compañía no contaba con los fondos suficientes y la desconfianza del público, por el anterior fracaso, no permitió conseguir financiación.
En 1899, tras varios años convenciendo a los estadounidenses de la viabilidad de continuar la construcción del canal consiguieron que el presidente Theodore Roosevelt firmara el Decreto Spooner, por medio del cual compraban la jurisdicción del territorio y los derechos para la construcción del canal de Panamá.
A inicios de 1903 se firma el Tratado de Herran-Hay, donde Colombia (Panamá todavía no era un país independiente) otorga a Estados Unidos derechos exclusivos por 100 años a cambio de 10 millones de dólares y una renta anual de 250.000 dólares para Colombia con cargo a los peajes del canal. El pacto fue ratificado por el Senado estadounidense pero el Senado colombiano solicitó mayor compensación económica para, finalmente, rechazar la propuesta.
Este rechazo hizo que Roosevelt negociara directamente con los panameños rebeldes en el Tratado Hay-Bunau-Varilla. Les prometió, a cambio del control total sobre la zona del Canal de Panamá, su independencia además de una compensación económica. Un año después se reanudaron las obras de la vía interoceánica que finalizaría 10 años después, en 1913.