Meghan Markle ha volado de regreso a Canadá nada más estallar la crisis que ha hecho temblar de nuevo los cimientos de Buckingham. Deja al príncipe Enrique solo en Londres, afrontando la ira de la reina Isabel por su decisión de abandonar la vida oficial sin haberlo comunicado previamente. Al parecer, la duquesa se ha reunido con su hijo Archie, que se había quedado en Toronto al cuidado de una niñera, según el Daily Mail. Markle pasó solo tres días en el Reino Unido después de que la pareja y Archie disfrutaran de un descanso de seis semanas en el extranjero. Se espera que Enrique regrese a Canadá también, pero tiene un compromiso oficial en el palacio de Buckingham el próximo jueves que, de momento, no ha sido suspendido.
El deseo de alejarse de la vida real es comprensible, pero su anuncio fue prematuro y petulante decía el editorial de «The Times», quien subrayaba el malestar de la Reina Isabel II por no haber sido informada. Que con 93 años y 67 en el trono, uno tenga que enterarse por televisión de que su nieto da un paso atrás y se apea de sus funciones escuece cuanto menos. Ayer mantuvieron una conversación teléfonica a cuatro; la Reina desde Sandringham, el Príncipe Carlos desde Escocia y Harry y Guillermo desde Londres. El «Megxit» como ya lo han bautizado los medios ingleses arroja además algunas incongruencias que se desprenden de su comunicado.
Con todo, parece que tanto Meghan Markle como el príncipe Harry van a ser consecuentes con su palabra y sus decisiones y, a pesar de todos los interrogantes que pueda abrir esta nueva etapa, ellos ya tienen decidido vivir a caballo entre Estados Unidos y Reino Unido, así como participar en diversos actos no oficiales debido a su deseo común de cambiar el mundo, como han expresado en varias entrevistas.
La polémica está servida en el Reino Unido, y por supuesto está causando sus primeras consecuencias entre los miembros de la familia, que no aprueban el modo en que los Sussex están gestionando el asunto. El Propio Príncipe Carlos, padre de Harry, estaría dispuesto a tomar una decisión que lo cambiaría todo para ellos. Y es que el Heredero de la Corona, al igual que la monarca, está muy enfadado con el matrimonio, y estaría dispuesto a retirarles el sueldo.
Abandonando su posición como miembros de «primera línea» de la Familia Real británica, Meghan y Harry únicamente renuncian al 5% de sus ingresos, una cantidad denominada Sovereign Grant (Subvención Soberana), que es la partida anual oficial de la monarquía proveniente del Estado. No obstante, el 95% restante, al que no han renunciado, proviene de los fondos del Ducado de Cornualles, o lo que es lo mismo, de los ingresos del Príncipe Carlos.
Según publica «The Times», que ha hablado con el entorno más cercano del hijo de Isabel II, este «ha dejado claro que no va a emitir un cheque en blanco mientras su hijo y Meghan se embarcan en una nueva vida». Sobre todo teniendo en cuenta que ellos podrán trabajar por su cuenta y tener ingresos extra, algo que hasta ahora no les estaba permitido.