Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, aseguró ayer, a través de su cuenta de Twitter, que un primer envío de ayuda humanitaria internacional ha entrado en Venezuela. «Cumpliendo con nuestras competencias, hoy por ayer entregamos el primer cargamento de insumos de la ayuda humanitaria a la Asociación de Centros de Salud (Assovec) con 85.000 suplementos que se traducen en 1.700.000 raciones nutricionales para niños y 4.500 suplementos para embarazadas». El presidente «encargado» de Venezuela afirmó que dicho cargamento «representa 20 raciones para cada beneficiario, y corresponde a la primera fase de atención a las poblaciones más vulnerables».
El también presidente de la Asamblea Nacional legítima, dominada por la oposición al dictador Nicolás Maduro, no informaba en su tuit del puesto fronterizo por el que entró la ayuda, ni de la zona en la que ha sido distribuida.
También a través de Twitter, Guaidó informó de que trata de poner en pie un «ejército» de cien mil voluntarios que hoy clamarán en las calles por la apertura de la frontera para recibir la ayuda humanitaria, que el régimen de Maduro insiste en bloquear. El veto chavista ha hecho que Guaidó le califique de «genocida», por impedir el paso del convoy internacional que debe servir para atender a unos 300.000 indigentes venezolanos de alto riesgo que podrían morir si no reciben la ayuda.
Proveniente de los Estados Unidos, la semana pasada llegó a Cúcuta, ciudad fronteriza colombiana, el primer lote de cien toneladas de alimentos, medicinas y material para atender la emergencia sanitaria de los hospitales venezolanos. Sin embargo, el cargamento humanitario no ha podido entrar a Venezuela porque Maduro bloqueó el puente binacional de las Tienditas con dos contenedores, una cisterna y tres alambradas de púas, bajo el pretexto de que los venezolanos no son mendigos. Además de militarizar los otros tres puentes internacionales que existen entre Cúcuta y Táchira, Maduro reforzó el bloqueo enviando a la frontera a los «colectivos» chavistas, bandas de paramilitares armadas, y unos 780 agentes de las Fuerzas de Acciones Especiales de la policía nacional (FAES), los escuadrones de la muerte, que han asesinado y torturado a unos 40 manifestantes desde el 23 de enero, cuando la multitud juramentó a Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Por eso la marcha de hoy, por el Día Internacional de la Juventud, busca una demostración de fuerza con una participación multitudinaria de la sociedad para convencer a los militares de que permitan el paso de la ayuda.
Por su parte, el Gobierno brasileño reconoció ayer a la representante diplomática designada por Guaidó, María Teresa Belandria, quien destacó que Brasil ha autorizado ya la instalación de un centro de acopio de ayuda como el de Cúcuta (Colombia) en la frontera brasileño venezolana. «Estamos avanzando rápidamente no sólo para el restablecimiento de una relación política plena, sino fundamentalmente para la ayuda humanitaria», afirmó Belandria.