El presidente de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, Juan Guaidó, prometió hace unos días que pondría en marcha una gran operación de entrega de ayuda humanitaria, con apoyo internacional, para hacer frente a la complicada situación social que viven los venezolanos cuyas condiciones de vida parece haberse deteriorado como consecuencia de la grave crisis económica que afecta al país.
Esta primera medida del autoproclamado «presidente interino», quien señaló que la ayuda irá a
«satisfacer las necesidades urgentes de los venezolanos», no será fácil. Y el primer obstáculo ha quedado patente: un grupo de militares venezolanos bloquearon un puente, que comunica las ciudades de Cúcuta (Colombia) y Ureña (Venezuela) utilizando un camión cisterna y dos contenedores de carga, y por el que iba a hacerse llegar la ayuda humanitaria al país caribeño.
Por su parte, Maduro rechazó el envío de estas ayudas por parte de países extranjeros, ya que las considera una «agresión» externa y sería el precursor de una invasión encabezada por Estados Unidos e insistió en que «no entrará nada, ni un soldado invasor».
Del mismo modo, este martes el presidente de Venezuela volvió a rechazar esta ayuda humanitaria indicando que en su país no son «mendigos de nadie».
«Venezuela no es un país de mendigos, no somos mendigos de nadie. Todo lo que necesitamos podemos y debemos producirlo en Venezuela», aseguró el jefe de Estado.
La oposición pretende poner en un dilema al Ejército, que se mantiene leal al mandatario. Si frena el ingreso del material, la comunidad internacional alineada con la oposición tendrá un nuevo motivo para sus acusaciones contra el Gobierno venezolano.
Pero si la ayuda entra, supondría que Maduro está dando una muestra de debilidad que puede provocar el quiebre de filas que buscan los rivales del presidente socialista.
El primero paso, según Guaidó, es seguir presionando para que Colombia consiga traspasar 60 toneladas de medicinas y alimentos que permanecen almacenados en un puesto de recepción. También espera la ayuda procedente de Brasil, y la de una isla del Caribe que no se ha concretado.
La primera etapa de la ayuda humanitaria estará destinada «a la atención de entre 250.000 y 300.000 venezolanos que estén en riesgo de morir», señaló Guaidó, que del mismo modo, aseguró que con los primeros contingentes de ayuda que se dispone a introducir se podrán abastecer cuatro hospitales durante un mes.
Para alcanzar ese objetivo, el presidente de la AN cuenta con las aportaciones que realizarían entidades privadas, los 20 millones de dólares prometidos por Estados Unidos y los 40 millones prometidos por Canadá.
También Colombia y países europeos como Alemania o España se han mostrado dispuestos a movilizar recursos.