Parece que el 2020 está siendo el año del resurgir de viejas glorias en el mundo del deporte. Prueba de ello la encontramos en el exitoso documental de Michael Jordan en Netflix, uno de los más vistos del año, y ahora en la figura de Mike Tyson, que desde que anunciase hace un mes su vuelta al ring está suscitando más atención que nunca.
El dos veces campeón del mundo de los pesos pesados publicó en sus redes sociales el pasado mayo que lucharía de nuevo con fines benéficos, y aunque no detalló los detalles de la fecha y el lugar (aunque se especula que podría ser en la ciudad saudita de Diriyah el próximo 11 de julio), la expectación no podía ser mayor. De hecho, según han publicado diversos medios estadounidenses, uno de sus contrincantes podría ser nada más y nada menos que Evander Holyfield, con quién vivió el enfrentamiento más polémico al arrancarle la oreja de un mordisco en 1997. Sin duda un momento que marcó un antes y un después en el mundo del boxeo.
Ni los 53 años ni los excesos del pasado le han impedido retomar los entrenamientos cargado de fuerza. No hay que olvidar que lleva fuera del cuadrilátero desde el 2005, y que aunque a sus espaldas posea 50 victorias y tan solo 6 derrotas, su cuerpo no es el de hace décadas. La gran pregunta era quién iba a ser el encargado de entrenarlo en una ocasión tan especial y fue el mismo Tyson quien sacó de dudas a sus seguidores publicando una imagen junto a Rafael Cordeiro.
El brasileño es una de las figuras más influyentes del sector, elegido entre otras cosas entrenador del año en los MMA Awards de 2015, y parece que desde el primer día ha implementado una rutina en la que combina el cardio y la fuerza para que gane masa muscular en el menor tiempo posible. Además, comentó estar sorprendido ante el buen estado físico de Tyson quien aseguró que se movía como un joven de 20 años.
En sus publicaciones de las redes sociales lo vemos golpeando duro en el ring, pero eso no es todo: “Hago dos horas de cardio en bicicleta y cinta. Luego sigo con algunas pesas ligeras haciendo de 250 a 300 repeticiones”, explicó. Tampoco falta el trabajo con el saco para mejorar el flujo y la velocidad de los golpes así como los ejercicios de defensa con almohadillas, emulando los entrenamientos que en el pasado lo convirtieron en lo que es hoy.
Cordeiro explicó además que están entrenando una media de 6 días a la semana y que el boxeador lleva una estricta dieta de 3000 calorías basada en la alta ingesta de proteínas animales, arroz y pasta a pesar de que Tyson fue durante varios años vegano.
Por muy intensa que parezca su rutina, no hay que olvidar que en su mejor época Tyson entrenaba a diferentes horas del día: corría a primera y última hora, realizaba unas 2000 sentadillas, 500 extensiones de tríceps, 500 flexiones, 500 encogimientos de hombros con 30 kilos y 15 minutos de ejercicios de cuello; además de otra hora de cardio y unos 20 asaltos en el ring.