La Tiara Portland, una de las piezas más valiosas de la Casa Real Británica cuyo valor es incalculable, se encontraba en la galería Harley de Welbeck, Liverpool (Reino Unido), hasta el pasado 20 de noviembre, fecha en la que habría sido sustraída. No se trata de una pieza cualquiera, sino de una de las joyas británicas “más preciadas”, según ha apuntado Richard Edgcumbe, curador de joyería en el Victoria and Albert Museum de Londres.
El hecho ocurrió alrededor de las 10 de la noche, cuando la galería cerró sus puertas al finalizar el día. Lo que no esperaban es que a la mañana siguiente, al volver a abrir la sala, la pieza principal habría desaparecido y ningún visitante más podría disfrutar de su belleza.
La estimada tiara tiene una historia muy curiosa. Fue creada por Cartier para una ocasión muy especial de la época. Winifred, duquesa de Portland, la llevó en la coronación del rey Eduardo VII en 1902. Pero lejos de guardarla, quiso ponérsela más a menudo y sufrió un percance y se rompió en pedazos.
Finalmente la pieza sobrevivió y pasó a la siguiente duquesa, la nuera de Winifred, Ivy, que la llevó en otro gran momento de la historia de la realeza británica: en la coronación de la reina Isabel II en 1953. Desde ese suceso, la tiara ha sido cuidada y vigilada no solo por el valor real que supone, sino porque además se trata de una pieza impagable.
La pieza central es un diamante del siglo XIX flanqueado por otros dos diamantes importantes en forma de gota y otros más pequeños engastados en oro y plata.
Al parecer, los ladrones han usado herramientas eléctricas para romper la caja de vidrio blindada y así poder llevarse la tiara, que cuenta con diamantes valorados en millones de euros. Pero no solo eso, en el botín también se han llevado un broche de diamantes que se encontraba en la vitrina junto a la otra pieza.
La Colección Portland, que se encuentra en las obras de gas convertidas en la finca, está formada por pinturas, joyas y otras obras de arte que los Duques han coleccionado durante más de 400 años.
No es la primera vez que se roban este tipo de joyas. El pasado mes de agosto la corona sueca también sufrió estos ataques cuando les robaron una colección de valiosas joyas de la corona de una catedral situada al oeste de Estocolmo.